Magali Lozano forma parte del equipo de profesores y orientadores de la Fundación Altius, en su día a día todos ellos tienen muy presente que enseñar un oficio no es suficiente, para que los alumnos aprovechen esta oportunidad al 100% hay que trabajar en otros aspectos que ayuden a cada persona a superar sus propias barreras:
«El mayor éxito es conseguir que un joven que en un principio viene aquí a pasar el tiempo obligado por sus padres o por no tener nada mejor que hacer porque ha abandonado sus estudios en la ESO, termine el curso ilusionado por empezar a trabajar. Muchas veces es cuestión de que superen esa barrera entre el yo no sirvo, o no merece la pena el esfuerzo y lo conseguí, puedo hacerlo, en definitiva lograr que muestren una actitud positiva hacia el trabajo.
Por lo general los alumnos no tienen las habilidades sociales necesarias como hablar en público, autoconfianza o capacidad de trabajo en equipo. Por eso además de la parte técnica, trabajamos de manera transversal en todo ello durante el curso».
Por otro lado, están los cursos que no tienen como requisito la edad, aquí nos encontramos con alumnos de otros países, personas desempleadas de larga duración, personas que quieren reciclarse en el trabajo porque no hay demanda en su sector, pero que sí tienen ganas y una necesidad urgente de trabajar.
«Son personas de entre 30 y 50 años que muestran mucho interés por aprender y trabajar. En general con cargas familiares, dificultades económicas y con situaciones personales complicadas en la mayoría de los casos.
Además de los conocimientos técnicos del curso se les entrena en competencias para el empleo; reforzando su estima personal, empoderándolos en el cumplimiento de sus objetivos personales y profesionales».
Las prácticas, una etapa crucial
«Las prácticas en entornos reales de trabajo es lo que más gusta y atrae a los alumnos; para nosotros es la fase decisiva.
El seguimiento y el acompañamiento en esta etapa marca en gran medida que el alumno termine con satisfacción el curso completo, es decir teoría y prácticas no laborales, e incluso que pueda conseguir un trabajo al terminar las prácticas.
La importancia del cambio de actitud
«En este tema la formación ayuda muchísimo. Además de los conocimientos teóricos, el beneficio en otras áreas puede ser más importante para el alumno, ya que permite aumentar sus redes de apoyo en la búsqueda de empleo, el desarrollo de habilidades para el empleo que no sólo ayudan a encontrar trabajo si no a mejorar en aspectos como la comunicación, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo; en general te permite cambiar y ver el mundo con una mirada distinta y más positiva, así como a mejorar la actitud hacia la vida y a las personas que te rodean.
Es fundamental que los alumnos se sientan motivados porque de ellos depende el aprovechamiento de esta oportunidad, no solo desde el punto de vista de la formación, también como experiencia de transformación personal».