Emilio tiene 63 años y quiere compartir la alegría que siente por algo que creía imposible a su edad: encontrar trabajo.
“Me hace mucha ilusión agradecer a la Fundación todo lo que ha hecho por mí, todo lo que me ha dado”.
Después de trabajar 8 años en una organización del tercer sector, un problema médico le llevó a la baja y posteriormente al despido. Entonces se encontró totalmente desubicado, necesitaba seguir trabajando pero no sabía por dónde empezar, la edad, la falta de formación y ponerse a buscar después de tantos años le bloqueaba:
“Me veía excluido del sistema, no tenía ni idea de cosas tan necesarias como hacer bien el currículum o enviarlo por internet”, pero cuando se incorporó a la Fundación Altius empezó a recuperar la confianza “quiero sobre todo agradecer el trato que he recibido desde el primer momento, tranquilo, me decían, porque a partir de ahora vamos a buscar trabajo juntos y lo vas a conseguir”.
Emilio ya conocía la Fundación de su etapa profesional, sabía que era una entidad que ayudaba a personas desfavorecidas.
“Me di cuenta que en definitiva yo era uno de ellos, así que decidí llamar y me atendieron en su departamento de atención para personas que buscan empleo, tenía un currículum sin tocar desde hace años, no tenía ni idea de actualizarlo ni mucho menos de enviarlo por correo electrónico, no lo había tenido que hacer nunca, gracias a los talleres prácticos a los acudí y las entrevistas con la orientadora aprendes ese tipo de cosas.
También me asesoraron sobre el sector en el que tenía que buscar ofertas tanto por mi edad como por mi dificultad física».
Durante este proceso, Emilio se benefició de la ayuda en alimentación que proporciona la Fundación, las condiciones económicas que atravesaba lo requerían según el informe de derivación que aportó de su trabajadora social.
“También ha sido muy importante el apoyo que he recibido con los alimentos, agradezco mucho esta ayuda material que se sigue manteniendo hasta que mi situación económica se estabilice”.
Pero para él este tipo de ayuda, aún siendo importante, no es lo que más le ha servido: “Lo que no sueles encontrar es el apoyo moral, esa parte humana y sensible que recibes en la fundación”.
“No te suelen tratar así cuando vienes con problemas y anímicamente con la autoestima baja, gracias al trato amable, la comprensión, la escucha de mis problemas, convencerte de que lo vas a conseguir, al final te renuevan la forma de ver las cosas.
Antes de terminar insiste en que quiere animar a las personas que, como él, piensan que no es posible conseguirlo: “Quiero enviar un mensaje de esperanza, porque yo a mi edad lo veía imposible, diría que un milagro más bien, pero ahora puedo decir a todas las personas que están desesperadas, que se puede conseguir, ¿y cómo? con ayuda se puede, hay que dejarse ayudar».