Juan percibe la Renta Mínima de Inserción porque no cuenta con ningún tipo de ingreso, se trata de una ayuda pública para personas que se encuentran al borde de la exclusión social.
Desde enero de 2017, la Fundación Altius está acompañando en la búsqueda de empleo a 60 personas perceptoras de la Renta Mínima derivadas por los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid de los que más de un 50% han conseguido, en este tiempo, un contrato de trabajo.
Se trata de casos muy complicados, por lo general con situaciones de desempleo de larga duración, que afectan muy negativamente en el ánimo de la persona para continuar buscando trabajo.
La Fundación realiza con ellos una exhaustiva labor de orientación y seguimiento, talleres motivacionales y cursos de formación que les ayuden a reciclarse y a tener más posibilidades de inserción, además les presta apoyo para la cobertura de sus necesidades básicas con la entrega de menús para llevar a casa y cestas de alimentos.
Juan nos cuenta el duro camino que lleva recorriendo para encontrar un trabajo estable desde hace más de 4 años. Este madrileño de 55 años nos sorprende porque a pesar de todo lo que está viviendo, desborda optimismo, se mantiene fuerte y acude puntualmente a la Fundación Altius para la recogida de alimentos y seguimiento de su orientadora de empleo.
La edad el gran obstáculo
“Yo era albañil, trabajé en la misma empresa durante 25 años, pero con la crisis se acumularon las deudas y la empresa cerró, eso fue hace más de cuatro años, desde entonces solo he podido encontrar algún trabajo temporal, de jardinero, vigilante, pero sin continuidad.
Tengo claro que no me contratan por mi edad, parece que hoy en día tener experiencia no sirve para nada, solo se fijan en la edad”.
Situación económica y social crítica
“Ahora lo que ingreso es el RMI, ya me deniegan el paro, aunque el RMI cuando trabajas te dan de baja, y tienes que volver a darte de alta, como los trabajos que hecho son por poco tiempo, hay temporadas que hasta que te vuelven a dar de alta te quedas sin ningún tipo de ingreso. Lo que más me preocupa es no poder pagar el alquiler, quedarme en la calle, ahora estoy compartiendo habitación.
Con la comida me voy apañando, me ayuda mucho lo que me dan aquí, en Altius.
Tampoco puedo tirar de familiares para que me ayuden, aunque tengo hermanos no están en Madrid y con algunos no tengo una buena relación, a mi madre mucho menos, se disgustaría mucho, no le cuento nada de cómo estoy, si estoy mal menos todavía”.
Acompañado por Altius
“Todo este tiempo estoy pendiente de ir a la oficina del paro, de si me llaman para algún curso, pero de momento poca cosa.
Aquí en Altius voy haciendo talleres para mejorar mis condiciones, pero a lo que más me ayudan es a moverme con las pautas que me van dando, me buscan ofertas de trabajo en las que puedo tener más oportunidades, me mandan a entrevistas, por ejemplo hace unos días estuve en una empresa de limpieza.
No se puede comparar a la oficina de empleo, en Altius la verdad que es otra cosa, están más pendientes de llamarte, de mandarte a ofertas de empleo y el trato no tiene nada que ver, te conocen”.
Comprometido y esperanzado
“Sé que no se pueden hacer milagros, entiendo que en la Fundación hacen todo lo posible.
No he perdido para nada la esperanza, aquí te ayudan a encontrar trabajo pero es necesario que nosotros pongamos de nuestra parte, que nos comprometamos a seguir los pasos que nos marcan, con buena actitud, para eso también me ayudan aquí.
Yo sigo sin parar de moverme, lo único que pido es un trabajo por ejemplo de conserje hasta la jubilación, eso sería la mayor alegría.
No me puedo permitir estar mal, sea como sea hay que seguir”.