La cadena de supermercados colabora con Altius en la formación teórica y práctica de alumnos en cursos de ayudante de productos frescos y atención al cliente.
En los itinerarios de inserción laboral con los que acompañamos a colectivos en situación de vulnerabilidad social, la formación en oficios es una de las herramientas básicas para mejorar la empleabilidad de los beneficiarios, bien porque no cuentan con formación específica, porque no tienen experiencia o porque necesitan dar un giro a otros sectores más demandados en el mercado laboral.
Uno de estos sectores con buenas expectativas de contratación es el de atención al cliente en productos frescos en supermercados.
Para poder desarrollar este tipo de cursos, contamos con el apoyo de organizaciones que los impulsan y también dan la oportunidad a los alumnos para hacer sus prácticas.
Una de estas empresas es la cadena de supermercados Supersol, Javier Fernández Marina, uno de sus responsables de Recursos Humanos, nos habla de su experiencia con la Fundación Altius en este proyecto conjunto:
¿Cómo surgió la alianza de Supersol con la Fundación Altius?
“Supersol ya colaboraba con la Fundación Altius des de hace años a través del programa 1 Kilo de Ayuda, en un principio contactaron con nosotros para pedirnos que sus alumnos pudieran hacer prácticas en nuestras tiendas, conocimos entonces sus cursos de formación en carnicería y pescadería, comercio y atención al cliente, entre otros, y el resultado tan positivo de la formación que se reflejaba en estos alumnos.
Pensamos que era una buena oportunidad para dar respuesta a las necesidades de ambos, por un lado la Fundación Altius trabaja para proporcionar una salida laboral a los alumnos y por otro, a nosotros nos costaba encontrar a profesionales formados adecuadamente”.
Sumando objetivos
“Fue así como desde Supersol decidimos financiar un curso de carnicería con el que la Fundación Altius podía continuar ofreciendo una formación con verdaderas posibilidades de contratación, yo diría que tener formación en esta área y una buena actitud casi garantiza encontrar un trabajo a muy corto plazo en un 100 % de los casos”.
¿Qué aporta una entidad como la Fundación Altius a la formación?
“No necesitamos solo formación técnica, somos conscientes que para ser un buen profesional de carnicería o pescadería hacen falta al menos dos años de experiencia, pero lo que aporta la formación de Altius a los alumnos, y así lo percibimos cuando hacen las prácticas, son otras cualidades como la actitud positiva, la responsabilidad, la implicación y la capacidad de integrarse en el equipo. Los conocimientos técnicos se acabarán de adquirir del todo con el tiempo.
La formación en esas competencias transversales es una de las cosas que más valoramos en el resultado de los cursos que hacemos con Altius, sabemos que su equipo de formadores hace mucho hincapié en eso, en los contenidos del curso hay módulos dedicados exclusivamente a habilidades sociolaborales. En este aspecto los alumnos consiguen mejorar muchísimo, ganan seguridad en sí mismos y llegan a las prácticas con muchas ganas de aprender y de trabajar”.
Balance positivo
“Estamos muy satisfechos con esta colaboración y aunque en un principio no lo habíamos planteado como una acción de Responsabilidad Social, nos alegra que además de resolver una necesidad empresarial podamos apoyar a Altius en la inserción laboral de colectivos especialmente afectados por el desempleo.
Nuestra implicación en los objetivos de inserción social y laboral de Altius también es cada vez mayor. Hemos tenido casos como el de Víctor, un joven ucraniano que atravesaba una situación difícil después de más de un año sin encontrar trabajo. Estuvo haciendo prácticas como reponedor y mostró una actitud excelente y muchísimas ganas, trabajo para mejorar el idioma y decimos promocionarle, ahora se ha incorporado a un puesto en nuestras oficinas en el departamento de seguridad.
Nuestra intención es poder continuar con este proyecto y poner en marcha más cursos de formación porque el resultado no puede ser más positivo”.